18/12/13

Todos podemos hacer algo para mejorar España

Todos podemos hacer algo para mejorar España


Si de algo creo que nadie me puede acusar es de iluso o confiado en que las cosas cambien por la bondad o inteligencia de los seres humanos. Por desgracia, somos más perezosos y tontos de los que creemos ser. Nos quejamos de los bancos, pero muchos afectados por preferentes siguen tendiendo la cuenta en la entidad que les engañó. Nos quejamos de los partidos políticos dominantes, responsables de tener aún hoy una legislación hipotecaria decimonónica y claramente desequilibrada en favor de los intereses de las entidades financieras, pero siguen teniendo un sustrato electoral que les vota (me gustaría creer que no de familias desahuciadas, pero me temo que es mucho creer).

Hay varias formas de cambiar el mundo que nos ha tocado vivir. Una es muy personal e introspectiva; cambiamos la realidad alterando nuestra percepción. Puede parecer una disquisición de mal libro de autoayuda, pero no deja de tener respaldo científico y práctico: la vida mejora simplemente viendo lo que en ella ocurre de forma positiva. Podemos buscar la flor perfecta toda nuestra vida y morir sin haberla encontrado, muertos de pena, o bien interpretar sabiamente que todas las flores son perfectas. En este segundo caso, en definitiva, alteramos nuestra percepción para ver un mundo mejor.

Otra puede ser romper con el sistema, usando todos los medios legales e ilegales a nuestro alcance para ello. Las revoluciones han sido una forma de cambiar la realidad en muchos países y épocas. El peligro de este tipo de cambio es lo fácil que se manipula a las masas y el riesgo de poner en marcha mecanismos que generan violencia. La gran mayoría de ocasiones, la revolución cambia un mal gobierno por otro igual o peor. No olvidemos que somos más tontos de lo que creemos y los que dirigen estas revoluciones, o los que se aprovechan de esta dirección, levemente menos tontos o más crueles, acaban imponiendo su voluntad en detrimento de la de los sublevados.

Entre la introspección y la violencia, hay muchas otras vías de mejorar el mundo que nos rodea, evidentemente. La que personalmente más me gusta, por su efectividad y ausencia de daños colaterales (que considero inaceptables), es la de alterar el sistema desde dentro del sistema. Usar las reglas del juego para ganar al juego mismo. Evidentemente, esta opción es la más lenta y complicada, pero creo que es la más efectiva. En todo caso, depende de que los integrantes del propio sistema, votantes, contribuyentes, clientes de un banco, adquieran conciencia de que algo va mal y actúen, simplemente ejerciendo los derechos que el sistema les ha dado. Un votante puede votar, un contribuyente usar estrategias fiscales, un cliente de banco cambiar sus cuentas de entidad. Actuaciones que llevan algo de esfuerzo, pero tal vez no demasiado para la pereza que nos embriaga. Pese a que seamos algo tontos, el pueblo es soberano. Si decide que nada cambie, esta decisión es la acertada. Eso sí, después sus lamentos y quejidos no serán más que voces de una ópera bufa.


Entre las medidas que creo aplicables y, sin duda, cambiarían mucho la banca que nos ha tocado vivir, está la de ‘Velar por la independencia del poder político frente al poder financiero‘. Para ello deberíamos cambiar la normativa relacionada con la actuación inspectora del Banco de España y de la CNMV, quitando de las manos del poder político su capacidad de tutelar sus actuaciones. No hace falta cambiar en demasía la actual regulación financiera, si los reguladores-supervisores quieren y pueden hacer su trabajo. Los bancos temen al Banco de España, cuando actúa como tal y no como compañero de juergas.

Una medida compleja de aplicar y que puede generar efectos perversos es la de regular los salarios de los banqueros. Sin embargo, más que limitar las reglas del mercado, se ha de regular incentivos adecuados para que los salarios fluyan adecuadamente. Prohibir determinados bonus sin sentido, como los que se dan por conceder préstamos en lugar de por la poca morosidad de lo que se han concedido, arreglaría muchas cosas. Y es vital que se regulen las consecuencias de la falta de responsabilidad y diligencia, desde los empelados de banca hasta los directivos de los áticos del edificio central. No me importa que un profesional gane mucho dinero gestionando un banco, tarea muy compleja si se hace bien, pero a cambio, quiero que comprometa su patrimonio. Mucho poder requiere de mucha responsabilidad. Es un delicado ejercicio de cirugía económica establecer los límites, pero vale la pena la operación.

La banca no va a cambiar por propia voluntad o por la voluntad de los políticos de siempre, hipotecados hasta el cuello con los prestamistas que debería controlar. El cliente, el votante, el contribuyente, puede hacer que los bancos cambien.

13/12/13

Lo público y lo privado
El cierre de Canal9 ha reavivado la discusión sobre lo público y lo privado y lo he relacionado con un artículo que leí recientemente que abogaba porque la industria farmacéutica fuera pública ¿el motivo? Los intereses creados, que un laboratorio podría dar con la cura definitiva de una grave enfermedad y no comercializarlo para no perder las ventas actuales y futuras de las medicinas que durante años puede consumir un enfermo crónico. Visto desde esa perspectiva, parece que hay más motivo para nacionalizar la Bayer (y de paso las empresas de cremas antiarrugas, no sea que hayan encontrado el secreto de la eterna juventud y no lo hagan público para poder vender más) que una televisión. Pero no es tan fácil, estamos haciendo una suposición que implica que un empresario privado va a preferir el beneficio económico a la salud pública y parecemos olvidar que las empresas que fabrican tabaco en España –sustancia nociva según nos dice el gobierno- son en su mayoría semi-públicas, y eso es un hecho. Yo no entiendo esta demonización de lo privado/beatificación de lo público que hacen algunos como tampoco lo contrario que hacen otros. Todo depende de la ética y no de la titularidad accionarial: con un buen equipo directivo cualquier empresa podría triunfar siendo pública y con uno malo fracasar siendo privada, la gran diferencia es que a unos los elijen unos políticos a saber con qué criterios y a otros un consejo de administración que busca lógicamente el máximo beneficio. Si Canal9 hubiera sido más independiente, hubiera tenido más audiencia y hubiera costado menos, ¿qué problema hay que fuera pública siempre y cuando ofreciera algo cultural e informativo que no ofrecieran los demás canales? El problema es que en España ¿Cuántas televisiones cumplen esos requisitos?

Por eso para mi el problema no es que haya empresas públicas sino la baja calidad de los partidos políticos españoles que van a acabar controlándolas. Se financian ilegalmente, están llenos de corruptos a los que sus máximos dirigentes toleran, no recortan donde deben (por ejemplo el Senado o la duplicidad diputaciones/autonomías) porque priman su beneficio privado (cargos) al beneficio público, gastan donde no deben (de hecho ellos mismos están endeudadísimos por su mala capacidad gestora) etc. y de nuevo son hechos, no suposiciones. Es decir, el egoísmo, la codicia y en general la falta de ética que se le supone a un empresario privado también la tienen los gestores de lo público, ¿quién me dice que el político que prefiere reducir mamografías que eliminar un coche oficial va a salvaguardar mejor nuestra salud que un empresario que quiere ganar dinero a costa de la sanidad como hace nuestro dentista? ¡Si todavía en España fuéramos a castigar electoralmente a los partidos que demuestren poca ética! Entonces sí habría un incentivo para desear más propiedades públicas pero lo triste es que no es así. Por eso yo no tengo un criterio global a favor o en contra de lo público ya que depende del país, lo que sí sé es que en España, y dado el poco valor que dan los españoles a la honestidad de nuestros dirigentes a la hora de votar –otro hecho, tristísimo pero real-, cuanto más lejos estén los políticos de todo, mejor.

Y repito que no es una cuestión ideológica sino un caso de evidencia empírica basado en la experiencia siendo quizás el ejemplo más claro el de las cajas de ahorros, entidades con la mejor de las intenciones que acabaron siendo, en su mayoría, instrumentos al servicio de políticos y codiciosos, que han vendido productos a sus clientes más nocivos que los de la banca privada y que han acabado costándonos a todos miles de millones de €. No somos conscientes de lo que ha agravado la gestión de las cajas de ahorros la crisis, no sólo por el agujero actual que han generado en las cuentas públicas, es que sin ellas difícilmente habría crecido tanto la deuda local porque nadie hubiera financiado proyectos tan inviables como los que tantos municipios y comunidades autónomas han llevado a cabo Y eso no significa que la banca pública –si sus criterios de gestión son independientes- no pueda ser buena (o una televisión autonómica), significa que en España los políticos que tenemos eligen para sus maniobras partidistas a personajes peores –como se ha visto- que los banqueros privados, no ya sólo como gestores, aparentemente también en calidad ética.

15/11/13

Lecciones que cualquier trabajo te puede dar
Cody Teets es responsable en EEUU de 800 restaurantes de comida rápida, del cuál para no hacer publicidad gratuita de ahora en adelante la llamaremos McDouglas. Comenzó a poner hamburguesas a los 16 años y lleva otros 16 trabajando en la misma empresa. En esos años, además de servir calorías también le ha dado tiempo a escribir un libro, en el que pidió a 43 compañeros de trabajo que le mostrasen  las lecciones que habían aprendido al trabajar en la empresa.
De ahí surgieron cinco importantes lecciones, que son aplicables a cualquier trabajo y se leen con mayor valor si las trasladamos a cualquier trabajo, no sólo al de las hamburguesas.

No existe ninguna tarea que no sea digna de ti.
Todo trabajo honesto es noble, afirma. En un restaurante bien dirigido, cada persona tiene que asumir la responsabilidad derivada de su trabajo, echar una mano sin que se lo pidan cuando alguien necesita ayuda o hay que realizar una tarea, incluso si se trata de fregar los baños.
Hay varios tipos de líderes, los que de vez en cuando se remangan y los que no. La diferencia  no está en la dignidad del trabajo si no en la de la persona. Por ejemplo, la hija de Amancio Ortega (sé que no es un ejemplo cualquiera) comenzó trabajando como dependienta de un Bershka, lo cuál seguramente la haya generado una experiencia de un tamaño sólo comparable con el volumen de la música de sus  tiendas.
El fundador de McDouglas, fue famoso por pasar por un restaurante, conduciendo su Cadillac, con su traje de negocios y reloj de oro y pedir una mopa para poder limpiar mostaza derramada, algo a lo que no están acostumbrdos los dirigentes y políticos mediocres, el alejamiento de la realidad.
Vale que tengas dos carreras y un Master y te veas obligado a limpiar un WC, no parece justo, pero lo normal es empezar desde abajo e ir subiendo poco a poco, forma parte de la evolución laboral, nadie ha dicho que el camino sea fácil.

Desafíate a ti mismo a dominar nuevas habilidades.
Muchos trabajos son temporales que forman parte de un largo camino hasta que logras tu objetivo. No importa lo básica que sea la tarea, hay que estar orgulloso de lo que se hace e intentar aprovechar cualquier oportunidad. Por ejemplo, la Consejera Delegada de McDuglas en EE.UU., Jan Fields, que superó la timidez cuando tuvo que trabajar en la caja, descubriendo que tenía el don de hacer que la gente se sintiera cómoda.
Incluso el mismísimo fundador de Amazon, Jeff Bezos trabajó en esta cadena de comida rápida.
Era el chico de la parrilla y nunca trabajaba con la caja registradora”, recordaba Bezos. “Lo más difícil era hacer que todo fuera al ritmo adecuado. El encargado de mi McDonald’s era excelente. Había muchos adolescentes trabajando para él, y nos mantenía motivados incluso mientras nos divertíamos”.
Pero, ¿se puede aprender algo de un trabajo como éste? “Puedes aprender responsabilidad en cualquier trabajo, si te lo tomas en serio”, aseguró Bezos. “Aprendes mucho como adolescente trabajando en McDouglas. Es diferente de lo que aprendes en el colegio. No hay que menospreciar el valor de eso”.

Aguanta la presión.
En cualquier trabajo vas a tener momentos de presión, que son los que diferencian a la gente valida. La toma de decisiones efectivas en situaciones de estrés marca la diferencia y tan difícil es decidir en un McDouglas a la salida de un cine en hora punta como una reunión de crisis con el consejo de administracion. Los líderes de éxito suelen ser personas que pueden resolver problemas sin entrar en pánico y creando otros nuevos.

Aprende del éxito de los demás.
Muchas veces el odio o la manía que tenemos a nuestros jefes nos impide aprender de lo bueno que nos puede enseñar. Teets entrevistó a varios empleados que acabaron  abriendo franquicias de McDouglas propias. Todos lo hicieron siguiendo el ejemplo de sus superiores, jefes o propietarios de restaurantes.

Cómo tratar con la gente.
Muchos trabajos de bajo nivel te permiten tratar con la gente, conocer sus problemas y entender que es lo que está pasando en la calle, algo que se tiende a olvidar en los despachos. ¿Os acordáis cuándo Zapatero dijo que un café valía 80 céntimos?. Este mal está muy extendido, muchos políticos y directivos viven en otro mundo, viven en su propia burbuja que les hace perderse muchas oportunidades.
Seguramente para muchos de los lectores estas lecciones son cosa del pasado pero creo que a todos nos ha tocado realizar trabajos por debajo de nuestra formación y creo que al menos, debemos aprender de ellos. Mi primer trabajo fue realizando encuestas en la calle y aprendí  una lección muy importante, no te fíes de ellas.

¿Que lecciones has aprendido en tus “trabajos basura”?

31/10/13

El agotamiento del modelo sindical

Están nuestros sindicatos envueltos en su mayor escándalo desde el comienzo de la democracia. Las noticias sobre financiación ilegal, facturas falsas, connivencia con los políticos en el escándalo de los ERE falsos en Andalucía, etc. han llevado a estas instituciones a la peor crisis de credibilidad de su historia. Siendo muchos los que creen que su relación con la política, tanto a nivel institucional como a nivel económico ha contaminado la esencia misma del movimiento sindical en España.

Fue a mediados del siglo XIX cuando tuvo lugar el nacimiento del movimiento sindical en este país, aunque CCOO nació en 1976, una época marcada por profundas tensiones políticas y sociales y con importantes logros por parte de estas organizaciones. El punto álgido estuvo en los años de la Segunda República, donde sindicatos como el anarquista CNT, tuvieron un pronunciado, y desafortunado, protagonismo que acabó tras la Guerra Civil, con la instauración de un único sindicato afín al régimen.

Con la democracia volvieron con fuerza estas instituciones: el sindicato transversal fue sustituido por unos sindicatos ya no tan afines al gobierno, pero sí a los partidos políticos a cuya sombra siempre habían medrado. Es en estos tiempos demócratas en donde los dos sindicatos mayoritarios han logrado su mayor desarrollo con el enfrentamiento sistemático a todo lo que a reminiscencias del viejo régimen pudiera sonar. Siendo precisamente la antaño todopoderosa CNT, que nunca tuvo un partido político asociado, la que ya no ha logrado ni la sombra de la representatividad obrera que alcanzó.

Para ello han contado con fuentes de financiación que se han ido multiplicando conforme aumentaban las necesidades de los cada vez más aparatosos organigramas sindicales. Comenzaron financiándose con las asignaciones del estado y con las cuotas de los socios; a día de hoy reciben también del estado determinadas cantidades por asumir la formación de los trabajadores (el INEM, o sus sustitutos autonómicos, ya casi no imparten formación); además reciben ingresos por sus participaciones en entramados de sociedades que, en muchos casos, poco tienen que ver con su actividad sindical; y obtienen también ingresos por sus labores de asesoramiento a trabajadores, afiliados o no, como el porcentaje del 5 al 15% por la tramitación de los ERE. Y aun así, parece no bastar estas fuentes de financiación, debiendo buscarse otras menos ortodoxas y hasta menos legales, a la vista de los últimos acontecimientos.
¿Y en los países de nuestro entorno? En aquellos países donde los sindicatos se financian con asignaciones del estado, como Francia o Italia, se tiende a una mayor politización de los mismos y al oscurantismo respecto a su financiación, así como una mayor permisividad con las políticas económicas de sus respectivos gobiernos; en países cuya financiación corre a cargo exclusivamente de sus ingresos por cuotas sindicales, como Gran Bretaña o Alemania, se observa mayor transparencia y más independencia política.

Urge, por tanto, una renovación de los sindicatos. El pacto que permitió en su día la estabilidad suficiente para el establecimiento de la democracia debe ser revisado. Se les cedió entonces a los sindicatos poder político, financiación estable y concesiones de tipo patrimonial; a cambio, éstos aportaron paz social. Esto ha sido fundamental en la historia de la democracia: el hecho de que política económica, patronal y sindicatos hayan estado en consonancia salvo en casos puntuales ha tenido consecuencias positivas por la estabilidad creada, aunque ahora se empiezan a ver también las negativas, debidas sobre todo al agotamiento del modelo: los sindicatos deben ser independientes económica y políticamente de los partidos.

La pérdida de confianza en la que están inmersos, la falta de capacidad para reaccionar a las demandas de la sociedad, el acomodamiento de los cuadros sindicales en sus puestos, el descaro y la desvergüenza mostradas, no sólo en las tramas de financiación ilegal, sino en el mismo hecho de muchas de sus labores cotidianas (me gustaría que alguien me pudiera explicar cómo puede ayudar a la formación de un trabajador, en paro o no; un curso de risoterapia), nos han llevado a que muchos ciudadanos piensen de los sindicatos lo que piensan.

1/10/13

A que te dedicas: Soy Político.

 

Al margen de alguna opinión variopinta acerca de adornar nuestros bosques con un político colgado de cada árbol, que no deja de ser una brutalidad inviable, pero con un amplio eco social, si pasamos a estudiar con un poco de detenimiento este tema nos encontramos con una situación que explica algunas de las circunstancias que vivimos en nuestra sociedad.
En primer lugar hemos de tener en cuenta que, tradicionalmente y avalado por multitud de estudios a nivel internacional, como el estudio en Italia de Gagliarducci y Nannacini, unos sueldos elevados para la clase política motiva a que reputados profesionales del derecho, la economía, ingeniería, etc. se decidan a participar activamente en la vida pública de un país, aportando sus conocimientos y su profesionalidad. Son estos sueldos elevados los que les compensan por dejar su actividad privada, lo que permite que las mejores ideas estén al servicio del país.

Sin embargo, no hay que olvidar otra clase de políticos: los políticos de carrera, que no han desarrollado otra actividad en su vida que la de servir al partido al que pertenecen, del cual han cobrado su sueldo hasta que logran salir electos para algún cargo público. Estos políticos pueden ser muy inteligentes o hábiles, incluso los mejores, en el desempeño de su función pública, pero no es algo que hayan podido demostrar, ya que, fuera de su habilidad para escalar puestos dentro de su partido, ningún otro mérito reseñable pueden acreditar.

Posiblemente una correcta combinación de estos dos tipos de políticos fuese lo acertado para la buena salud política de un país. Sin embargo, en España se ha abusado del segundo tipo de políticos, posiblemente debido a nuestro propio carácter nacional, donde prima el clientelismo frente a la preparación y donde tiene mas peso el amiguismo que los méritos alcanzados en su vida. Es toda una tradición en nuestro país ningunear a nuestros profesionales, que los hemos tenido y los tenemos, y premiar a nuestros afines aduladores (quizás por eso de estos tenemos mas).
Es por eso que nuestra clase política está llena de individuos que van pasando de cargo a cargo, de institución en institución (de alcalde a senador, y de ahí a diputado regional, etc.; son muchas y variadas ahora las posibilidades), durante toda su vida, sin más méritos, muchos de ellos, que el no verse involucrados en ningún escándalo. Dejando los puestos de asesores para los políticos del primer grupo que, sin dejar de ser también afines al partido, destacan algo más por su trabajo y profesionalidad, por lo menos en teoría. Todo esto sin la menor formación ni preparación para participar activamente en los procesos de creación, discusión y aplicación de leyes (es este país se da por supuesta esta formación con el hecho de resultar electo).

Igualmente existe, desde el mismo comienzo de la democracia, una imparable creación de puestos políticos en todos los ámbitos de nuestro país. Además de crear las Comunidades Autónomas con todo su aparato político y entrar en escena las Instituciones Europeas sin amortización de ninguna otra institución (siguen existiendo Ayuntamientos, Senado, Diputaciones Provinciales, etc.), se ha producido una creciente politización de instituciones que poco tendrían que ver con la política, como las universidades, sindicatos, cajas de ahorro o los órganos del Poder Judicial. Lo que nos hace sospechar de la gran cantidad de favores que nuestros políticos han de pagar, dando empleo a familiares o amigos de aquellos que les ayudaron un día a escalar en su propia carrera.
¿A donde nos ha llevado todo esto? A no saber a ciencia cierta cuántos políticos tenemos en nuestro país. Las cifras se mueven entre los aproximadamente 100.000 (de los datos del INE, con los códigos de la Clasificación Nacional de Ocupaciones 2011, se puede inferir esta cifra) hasta la barbaridad que ha circulado por Internet de 445.000. Se sabe que los cargos electos en las urnas son de 71.668, pero de éstos, muchos son de pueblos pequeños, donde precisamente más se cumple el hecho de estar en política por servir a la comunidad, ya que no se cobra, o se cobra muy poco. Además, en esta cifra no se incluye el numero de asesores, cargos de confianza, ni cargos en instituciones politizadas, por lo que no podemos cuantificar ni el número de políticos, ni el coste a la sociedad que suponen estos cargos, lo cual, aparte de merecer por sí mismo un estudio mucho más detenido, genera un desasosiego, que unido a los escándalos diarios de corrupción, nos remite a la opinión variopinta esbozada al comienzo del primer párrafo.

14/3/13

Diferencias entre un timo piramidal y un esquema Ponzi


Burbujas, estructuras piramidales y correos encadenados, esquemas Ponzi… todos hemos oído hablar de estos término pero no siempre somos capaces de diferenciarlos. El término genérico para todos ellos es patrones de conducta financiera no sostenible, en los que los precios de los activos hoy no son coherentes con los precios de los activos de fechas futuras distantes. Este tipo de esquemas suelen implicar promesas de pago de un tipo de interés del 10%, 30%, 40% o 50 % al mes; los emprendedores que desarrollan estos esquemas siempre afirman que han descubierto una nueva fórmula secreta para conseguir estas tasas de retorno tan elevadas.

Cumplen el pago de los intereses prometidos durante los primeros meses con el dinero que reciben de los nuevos clientes que atraen con la promesa de elevadas tasas de retorno. Pero en el cuarto o quinto mes el dinero recibido de los nuevos clientes es inferior al dinero que han prometido a los primeros clientes y los emprendedores se van a Brasil, a la cárcel o a ambos sitios.

Tanto el esquema Ponzi como el timo piramidal prometen rendimientos extraordinarios a sus inversores, tan extraordinarios que deberían hacer sospechar pero esta sospecha de diluye a medida que los rendimientos son pagados rigurosamente y es aquí donde coinciden ambos sistemas, que funcionan mientra las salidas de efectivo se vean compensados por las entradas. Mientras crezca el número de “inversores”.
La diferencia básica se presenta en el tipo de productos que ofrecen a sus clientes estafadores y la estructura de las dos maniobras. Los esquemas de Ponzi se basan en servicios de gestión de inversiones fraudulentas – básicamente los inversores aportan dinero al “administrador de cartera” que les promete un alto rendimiento, y luego, cuando los inversores quieren recuperar su dinero lo reciben vía los fondos aportados por los inversores entrantes posteriores. El problema es que el rendimiento no existe ya que no ha actividades de inversión reales y si las hay no son tan rentables como dicen. Como ejemplos conocidos y recientes tenemos a Afinsa y Madoff.

Un esquema de pirámide se basa en que para que ése se sostenga, cada participante debe reclutar a nuevos participantes. A veces habrá un incentivo que se presenta como una oportunidad de inversión, tales como el derecho a vender un producto en particular (como el reciente caso de Herbalife). El destinatario tiene que compartir las ganancias con los que están en los niveles superiores de la estructura piramidal. El problema de estas estructuras es que muchas veces no se sustentan en la venta del producto si no en la captación de los nuevos inversores, algo que tiene un límite.
Respecto a los correos encadenados, son una forma concreta de acuerdo piramidal; el procedimiento consiste en que las personas reciben una carta pidiéndoles que envíen 1€ (o 10€ o 100€) al nombre que aparece en la parte superior de la pirámide y que envíen el mismo correo a cinco amigos o conocidos en un plazo de cinco días; la promesa es recibir 64€ en el plazo de treinta días por cada 1€ invertido. Ésto, que para vosotros puede ser un timo bastante obvio, sigue funcionando a día de hoy, sobretodo cuando no te tienes ni que gastar sellos, como ocurría antes.

La burbuja implica la compra de un activo, no por la tasa de retorno de la inversión, sino como anticipo por la venta del activo o título a otra persona a un precio aún superior; el término «el más tonto» se ha utilizado para sugerir que el último comprador siempre cuenta con encontrar a alguien a quien podrá vender la acción, el apartamento o los cromos de béisbol.

Los correos encadenados y las estructuras piramidales rara vez tienen consecuencias macroeconómicas, suelen afectar a segmentos aislados de la economía e implican la redistribución de ingresos de los últimos en llegar a los que llegaron primero. Las burbujas de precios de activos se han asociado con frecuencia a la euforia económica y al aumento tanto de las empresas como del gasto de los hogares porque el futuro parece mucho más prometedor, al menos hasta que la burbuja estalla.